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| Foto: LFP |
Krohn-Dehli ya había regresado a Vigo desde que dejó de ser jugador del Celta, pero ayer fue la primera vez que lo hizo como jugador del Deportivo, a donde llegó en el pasado mercado de invierno procedente del Sevilla. En la encuesta que realizamos en moiceleste había bastante igualdad entre la indiferencia y la pitada, pero eran muchos los que apostaban por aplaudir al jugador.
A la hora de la verdad, los pitos ganaron a los aplausos. Cuando su nombre sonó por la megafonía hubo música de viento, igual que cada vez que tocó el balón en los primeros minutos del partido. Silbidos que se acompañaban con el cántico “Besa el escudo, Krohn-Dehli besa el escudo”, y cuando fue sustituido Balaídos volvió a dictar sentencia.
También hubo aplausos, que el danés devolvió en señal de agradecimiento, pero está claro que el idilio que siempre tuvo con la grada desapareció con su último movimiento en el mercado de fichajes. Krohn-Dehli siempre fue un futbolista muy querido en Vigo. Durante su estancia en el club celeste deleitó a la afición con su clase, y aunque se marchó sin dejar un euro en la caja no hubo reproches por parte del aficionado. Su comportamiento en Vigo fue ejemplar, y en su despedida recibió una ovación por parte de la afición, pero fichar por el eterno rival ha sido definitivo. El año que viene no tendrá la oportunidad de jugar en Balaídos.
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