Emre Mor y el caso Mostovoi


Emre Mor fue el fichaje estrella del pasado verano. A diferencia de la mayoría de los fichajes del Celta en los últimos años, se trataba de un futbolista al que muchos conocían. No era un desconocido y llegaba al Celta procedente de un gran equipo de una gran liga como la Bundesliga, y por supuesto después de una importante inversión. En este caso 14 millones de euros. 

No es poca cosa, desde luego, y por eso muchos esperaban que ofreciese un rendimiento inmediato. Pero no ha sido así. Por la razón que sea, el internacional turco sigue sin ofrecernos casi nada de lo que esperábamos, y cuando llegó su momento de ser titular, lo estropeó por la actitud fuera del terreno de juego. 

Podemos decir que está siendo un desastre. No se ha adaptado, y su rendimiento está muy por debajo, no solo de lo esperado, sino también de lo que puede llegar a dar, y ha protagonizado situaciones que han resultado molestas a la afición, denotando cierta falta de profesionalidad en algunos momentos, llegando a enfadar incluso a alguno de sus compañeros y al entrenador. 

Y nos ha dejado detallitos, muy poquitos teniendo en cuenta su calidad. Seguramente si realizásemos una encuesta, un alto porcentaje de los participantes preferiría que no siguiese en el Celta. 

Ahora vamos a realizar un pequeño viaje en el tiempo retrocediendo 21 años, hasta 1997. ¿Qué hubiese pasado si preguntásemos entonces entre el celtismo por Mostovoi? ¿Cuántos hubiesen firmado su salida inmediata?. Antes de crucificar a ningún jugador siempre debemos pensar en el caso Mostovoi. Aquel ruso desaliñado que nos desesperó durante una temporada y nos enamoró durante los siguientes siete años. 

No estoy comparando a ambos jugadores, ni afirmando que Emre Mor es igual de bueno o que nos va a dar lo mismo que Mostovoi, solo se trata de una reflexión que nos invite a ofrecer segundas oportunidades a todos los jugadores. Emre Mor la tendrá el año que viene, y ojalá sea capaz de darle al Celta la mitad de lo que le dio Mostovoi. A mi me valdría. 

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