Dejan Drazic está viviendo esta temporada una segunda oportunidad en el Celta B. El futbolista serbio aceptó el pasado verano el ofrecimiento que le hizo el Celta de probar con el filial después de una infructuosa cesión en el Real Valladolid, donde apenas dispuso de oportunidades, y ante la falta de ofertas de equipos de Segunda o Primera División.
No era un reto sencillo, ya que a pesar de ser una categoría de menor nivel, la forma de jugar es diferente y puede pasarle factura a un futbolista menos acostumbrado al contacto físico. Sin embargo, entró muy bien en el equipo marcando cinco goles en las primeras jornadas, y convirtiéndose en uno de los mejores jugadores del equipo y de la categoría.
Pero tras un arranque fulgurante, que coincidió también con un buen inicio del equipo, fue bajando sus prestaciones, y estuvo casi 4 meses sin marcar un gol. Ayer volvió a anotar después de una sequía que duraba más de un mes, anotando el séptimo gol de la temporada, que además servía para certificar la victoria del filial, que vuelve a soñar con disputar la promoción de ascenso como ya hizo el año pasado. No será fácil, pero para lograrlo es fundamental que el serbio esté entonado.
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