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| Foto: La Liga |
El proceso de adaptación de Emre Mor está siendo lento, pausado. Es joven y tiene tiempo, pero sorprende su rendimiento en los últimos encuentros, alternando un partido ilusionante con otro malo. Ante el Espanyol estuvo muy bien, incluso participando en la acción del segundo gol gracias a una preciosa jugada que convirtió en gol Maxi Gómez.
No fue lo único que hizo bien, ya que dejó detalles muy interesantes en los escasos minutos en los que estuvo sobre el terreno de juego. Por eso se esperaba algo más de él cuando el pasado lunes saltó al campo en lugar de un desacertado Pione Sisto.
Pero no lo dio. El internacional turco no mejoró a Sisto en los minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Empezó bien, con una arrancada interesante abortada de forma prematura por la zaga getafense. El cambio de banda hacia la derecha, una posición que el propio jugador siempre define como su favorita no mejoró su rendimiento. Más bien al contrario, terminó apagándose completamente y pasando absolutamente desapercibido en medio del desastre en el que se había convertido el equipo.
Tendrá partidos mejores, pero lo que necesita es cortar de una vez por todas con este vaivén y alcanzar cierta regularidad en su rendimiento. Seguramente dentro de unos años recordaremos estos meses como una anécdota dentro de su historia con el Celta, pero ahora mismo resulta bastante frustrante no poder ver la mejor versión de Emre Mor durante al menos dos partidos consecutivos.
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