Los brotes verdes de Emre Mor eran fake


Foto: Atlántico Diario
El pasado jueves ante el Barcelona, Emre Mor dio señales de vida. El turcodanés entró al campo en la segunda mitad y le dio un nuevo aire al Celta. Gozó incluso de dos ocasiones bastante claras, convirtiéndose en uno de los referentes ofensivos del equipo. Escribimos entonces acerca de los brotes verdes del extremo, fichado este verano a cambio de 14 millones de euros. 

Una semana después podemos concluir que aquel partido fue una excepción, o que los brotes verdes que se apreciaban entonces eran fake. En los dos siguientes partidos, que debían suponer la confirmación de la mejoría del futbolista, no hemos visto nada de aquel Emre Mor. Más bien al contrario, hemos visto su peor versión. 

Ante el Madrid tampoco fue titular, pero salió en la segunda mitad, estando totalmente desaparecido. Un día después no se entrenó por un proceso gripal e interpretamos que ese podría ser el motivo de su bajo rendimiento. En teoría ayer estaba totalmente recuperado, pero su rendimiento se pareció más al del partido del Madrid que a la ida ante el Barcelona. 

Los tres primeros balones que recibió fueron horribles. Falló en tres controles, algo muy extraño para un futbolista que ha demostrado en Vigo que, a falta de continuidad y toma de decisiones, tiene calidad suficiente en su bota izquierda para ser capaz de hacer un buen control. Nunca se encontró en el partido, y acabó siendo más un lastre para el equipo que una oportunidad de hacer daño al rival. 

Su adaptación está siendo más lenta de lo prevista, pero sería bueno en todo caso recordar a otros jugadores que en su primer año no estuvieron bien y acabaron entrando en la historia del Celta. Tiene calidad y talento, solo le falta que eso se note sobre un terreno de juego. Lo malo sería que no lo tuviese, pero es necesario que fluya para justificar su contratación. 

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