Momentos 2017 | El gol de Beauvue y Guidetti


Foto: EFE
El año 2017 toca a su fin, y nos ha dejado momentos inolvidables, que perdurarán en nuestra memoria durante mucho tiempo. Ha sido un año en el que hemos vivido emociones muy intensas, especialmente en los primeros meses, cuando el Celta estuvo a punto de tocar la gloria en dos competiciones como la Liga y la Europa League, además de otros hechos inolvidables que recordaremos en las siguientes entradas. 

Tras eliminar al Genk, el Celta se plantaba por vez primera en la historia en las semifinales de una competición europea. Era un momento histórico, que se hacía más especial por el rival que le había tocado en suerte: El Manchester United. El equipo entrenado por José Mourinho era el gran favorito para ganar la competición, y lo había fiado todo a esta competición para disputar la Champions League del siguiente año. 

Los días previos al partido de Balaídos fueron inolvidables. La ciudad se engalanó para recibir a los británicos con el lema “This is Afouteza”, y todo el celtismo entendió la importancia del envite. Los momentos previos al pitido inicial pusieron la carne de gallina al celtismo e impresionaron al Manchester, a pesar de que los ingleses acabarían llevándose el partido con un gran gol de libre directo transformado por el talentoso Rushford. 

El 0-1 de la ida dejaba al Celta con pocas opciones de éxito, pero eso no intimidó a los 3.000 celtistas que decidieron viajar a tierras británicas para buscar la machada. Old Trafford, uno de los estadios más míticos de la historia del fútbol, era el escenario ideal para una remontada histórica. Los celestes tenían a su favor la experiencia de remontar eliminatorias en la vuelta, y no querían quedarse a las puertas de otra final. 

El Manchester empezó mejor, adelantándose en el marcador por medio de Fellaini. Sufrió el Celta en la primera mitad, pero en la segunda fue mucho mejor que los de Manchester, logrando la igualada por medio de Roncaglia a pocos minutos del final. Fue entonces cuando el celtismo creyó en la hombrada. Mourinho besaba su reloj en la banda, implorando que el tiempo corriese más rápido. 

Cuando todo se daba por perdido, el Celta colgó un balón al área buscando que pasase algo. Y pudo pasar. El esférico cayó a pies de Beauvue, que dudó entre tirar a portería o buscar a un compañero. No vio claro el tiro y optó por el pase. Guidetti estaba colocado de forma inmejorable, pero el balón se le quedó atrás y no pudo precisar su remate. No había tiempo para más. El pase a la siguiente eliminatoria se le había escapado literalmente de las manos al Celta. Se había esfumado una ocasión  histórica que tal vez tarde mucho tiempo en repetirse. 

Lo que vino a continuación fue emocionante. El celtismo presente en Old Trafford se resistía a marcharse. Quería prolongar aquel momento hasta la eternidad. Aplaudió a las jugadores tras el partido, y después solicitó que volviesen a salir. Se había creado una comunión imborrable entre equipo y afición. Un momento único. 

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