Tenía que ser Nolito


Foto: Jorge Guerrero/Getty Images
Suele pasar. El Celta tiene una enorme facilidad para encajar gol ante sus ex. Lo de esta noche no es la primera vez que se da, por eso extrañaba que Berizzo, que conoce tan bien la idiosincrasia del equipo vigués, no pusiese también de inicio a Krohn-Dehli para asegurarse dos goleadores en el terreno de juego. 

Estaba siendo mejor el Celta, o al menos no era peor que el Sevilla, pero apareció Nolito, que por otro lado hizo un gran partido, el más regular de la delantera sevillista, con acciones que nos recordaron demasiado a esa época en la que vestía de celeste y la banda izquierda de Balaídos era suya. Hoy estaba en el bando contrario, muy pegado a Hugo Mallo, que sufrió de lo lindo con el que fue su compañero hasta hace poco más de un año. 

Precisamente fue el de Marín quien claudicó en la jugada del segundo gol. Sarabia masacró a Jonny ganando la línea de fondo, y mientras el balón sobrevolaba a Rubén Blanco, Nolito hizo un movimiento de delantero que dejó fuera de la jugada a Hugo Mallo. Completamente solo, el de Sanlúcar de Barrameda remató a placer ante un Rubén Blanco al que el remate pilla a contrapié. Creo que todos lo sabíamos antes de empezar el encuentro. Tenía que ser Nolito. 

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