La salida de Claude Makelele del Celta estuvo rodeada de una gran polémica. Tras dos grandes temporadas en el club vigués, el internacional francés creía que había llegado el momento de salir y contaba con una importante oferta del Real Madrid, que le permitiría ganar mucho más dinero del que ya ganaba en Balaídos.
Pero el Celta no quería vender y no había acuerdo. El futbolista se declaró en rebeldía y se negó a entrenar con el equipo, medidas que no fueron suficientes, así que decidió dar un paso más en sus medidas de presión, usando a su agente para ello: “Presentamos una denuncia falsa en comisaría contando que los aficionados habían atacado el coche del jugador, pero las piedras al cristal las tiré yo, con el consentimiento de Makelele, claro”, reconoció su agente posteriormente en su biografía, tal y como recoge hoy el diario Marca.
El Celta pagó 400 millones de pesetas por el futbolista en el año 1998, aproximadamente 2,4 millones de euros, y finalmente se iría al Real Madrid por 12 millones de euros, una cifra muy grande para la época, que el Celta no supo invertir con éxito en nuevos fichajes, perdiendo a uno de los mejores mediocentros en la historia del club. El celtismo nunca olvidará esa pareja que formó el francés junto a Mazinho en el centro del campo vigués.
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