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| Foto: Salvador Sas |
Después de 7 jornadas de Liga, Juan Carlos Unzué ha empleado a sus dos porteros, dejando al margen a Iván Villar, que seguramente lo tenga complicado para tener minutos esta temporada. Sergio ha jugado cinco partidos mientras que Rubén Blanco lo ha hecho en los últimos dos. Queda la duda de saber si el cambio emprendido en la portería en el partido ante el Eibar será parte de sus rotaciones o un cambio en la elección del guardameta.
El preparador navarro no suele mojarse demasiado a la hora de hablar de jugadores en la sala de prensa, y tampoco lo hizo cuando se le preguntó por la titularidad en la portería. Unzué siempre se refiere a los momentos de forma e incluso las características de los rivales, sin dar mucha más información al respecto. Imaginamos que lo reserva para explicarle bien a los protagonistas sus motivos.
Unzué siempre dice que el viene de una época en la que no se cambiaba al portero bajo ningún pretexto, algo que ha cambiado mucho en la actualidad, y que el propio técnico defiende. No nos olvidemos de que Unzué fue portero, y uno bastante bueno en los años ochenta y noventa. Especialmente en la primera década. Así que entiende mejor que nadie lo que siente un portero y como motivarlos para dar el mejor rendimiento posible.
Lo cierto es que los cambios en la portería no cierran nunca el debate en torno a la portería. ¿Será el cambio definitivo? ¿Habrá más cambios?. Durante las cinco primeras jornadas jugó Sergio, y parecía que ese era el portero de Unzué, pero todo cambió en las dos últimas jornadas. ¿Es la solución Rubén Blanco?. El equipo no encajó en su primer partido, pero en el segundo tuvo que recoger tres veces el balón del fondo de las mallas. No es sencillo ser portero del Celta con un sistema defensivo tan endeble. Seguramente cualquiera de los dos porteros está condenado a encajar muchos goles, una situación que ya se daba con frecuencia el pasado año.
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