Los cambios de centrales ya no son extraños


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
Los cambios de centrales en el mundo del fútbol suelen darse casi de forma exclusiva cuando media algún problema físico. Pocas veces se hacen cambios de zagueros por simple decisión táctica, y cuando se hacen se suele decir que el futbolista cambiado ha sido “señalado” por el técnico. Claro que eso era antes de Juan Carlos Unzué porque desde la llegada del técnico navarro nos hemos acostumbrado a estas situaciones, que hemos vivido en cuatro de los siete partidos que se han disputado hasta el momento. 

En Sevilla Unzué decidió jugar con dos centrales diferentes a los del primer partido, y ninguno de ellos acabó el partido aunque por causas distintas. Aquel día, a diferencia de los siguientes, los cambios fueron por lesión o cambio de esquema. Roncaglia dejó el terreno de juego a los 75 minutos, aquejado de un problema físico, y en el 80 fue sustituido Sergi Gómez por Lobotka, con lo que el equipo vigués jugó los últimos 10 minutos con tres defensas. 

Ante el Alavés llegó el primer cambio de centrales. Fontàs abandonó el terreno de juego en el 73 para dar entrada a Sergi Gómez. Idéntica situación a la vivida en Eibar, donde Cabral fue titular y fue sustuido en el minuto 63 por el propio Fontàs, que ayer sería el sacrificado en la segunda parte para dar entrada a Roncaglia. Ninguno de ellos estaba lesionado ni respondía a un cambio en el esquema. Algo extraño en la mayoría de equipos y que en este Celta ya se va viendo como algo normal. 

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