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Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
El mercado de fichajes va tocando a su fin, y lo hace con muchas incertidumbres en torno al Celta. El equipo vigués está pendiente de dos posibles salidas y de una llegada, que se produciría en caso de que finalmente salga Claudio Beauvue o algún atacante. El mercado ha dado tantas vueltas que se ha pasado de intentar fichar a un extremo, a que la prerrogativa fuese que para hacerlo antes tendría que salir uno de los actuales atacantes.
En esa situación, la salida de Beauvue facilitaría esta llegada, pero no lo garantizaría, por lo que es posible que que incluso salga el guadalupeño sin que llegue ningún futbolista para reemplazarlo. Veremos qué pasa entonces. El otro jugador que puede salir es David Costas, por quien se ha interesado el Levante, y que tras quedarse fuera de la convocatoria en la primera jornada seguramente valoró la opción de buscar un equipo que le garantizase los minutos que se le vuelven a negar en Vigo.
¿Y las llegadas qué?. Es la gran pregunta que se hace el celtismo este verano. El cuarto fichaje ha centrado gran parte de las conversaciones de la afición en las últimas semanas, sin que llegue a hacerse efectivo. En las últimas horas se ha hablado de Emre Mor, pero parecía más un ejercicio de imaginación que otra cosa. Tampoco el posible retorno de Fabián Orellana parece sustentarse en algo tangible y sólido, más bien parece una posibilidad remota, una opción que posiblemente nadie se ha planteado en Praza de España.
Felipe Miñambres sigue trabajando porque la secretaría técnica de un club nunca deja de hacerlo, y no es el director deportivo el que decide si se fichan 3,4 o 5 jugadores. Las incorporaciones realizadas este año están demostrando ser futbolistas con talento. Es difícil acertar sin gastar mucho dinero. Ese es el mérito de la dirección deportiva, y también de quien negocia los traspasos para conseguir jugador buenos, bonitos y relativamente baratos, porque los fichajes este año no han sido regalados ni muchos menos, pero seguramente han llegado por cantidades asumibles. En definitva inversiones a medio o largo plazo, porque así es como funciona un equipo como el Celta.
Confiemos en que en Praza de España tomen la decisión adecuada, que sea la mejor para el equipo y que se traslade al terreno de juego con buenos resultados y buen fútbol. En juego está mantenerse en la élite del fútbol español, algo que el Celta ha logrado en los últimos cuatros años y que no es nada sencillo.
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