El partido disputado por el Celta anoche ante el Udinese era importante para todos los futbolista por lo que siempre supone el partido de presentación ante la afición, pero para dos jugadores lo era de forma especial, ya que tanto Lobotka como Maxi no conocían aún el que será su nuevo estadio en día de partido.
Lobotka estuvo bien, aunque sin alardes, una situación parecida a la de Maxi Gómez, que eso sí supo aprovechar la única ocasión clara que tuvo para anotar el gol que en ese momento daba la victoria al Celta, y volvió a demostrar que lleva un delantero centro. Supo situarse y supo enviar al fondo de las mallas el balón tras controlar con el pecho y remachar con el pie. Un remate elegante dentro de la gama de soluciones que ofrece el charrúa.
Luego su partido, en la línea del resto de sus compañeros, no fue desde luego para grabar en vídeo y enseñar a sus nietos, pero a él le dejó esa sensación, la de marcar el primer gol en su nuevo estadio, la de debutar ante su público con un tanto, lo que siempre es un buen inicio. Es evidente que esto no significa nada. No es más que un amistoso e insisto en que debemos de ser muy pacientes con el futbolista para evitar que fracase en el Celta. Por edad y experiencia, lo normal es que este no sea su año. Si queremos verlo triunfar tendremos que confiar en sus condiciones y aceptar que sus inicios, como los de casi cualquier jugador joven, no serán exitosos desde el inicio.
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