El sacrificio de Iago Aspas


Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo
Cuando Juan Carlos Unzué tomó posesión del cargo de entrenador del Celta, muchos confiaban en que la idea de Iago Aspas en banda pasaría a la historia, como una solución de urgencia de Berizzo para dar cabida a Guidetti en la punta del ataque. El moañés se convirtió en uno de los mejores jugadores de la Liga jugando como delantero, y aunque siguió marcando goles como extremo, es evidente que su rendimiento bajó. 

Sin embargo, el técnico navarro está perpetuando esta idea, ya que el canterano ha disputado todos los partidos amistosos en esa demarcación, y los resultados a nivel goleador no se han hecho esperar: 1 gol, y de penalti en lo que va de pretemporada. Además, su rendimiento no está siendo en absoluto espectacular, aunque es evidente que su calidad y talento le convierten siempre en uno de los grandes peligros para las defensas rivales. 

Es evidente que Aspas es un jugador que mejora mucho cuando comienzan los partidos de verdad, los oficiales, esos en los que la motivación mejora a este tipo de jugadores. Aspas vive mejor con la presión de un resultado, se siente feliz cuando el riesgo es mayor, y seguramente mejore su rendimiento cuando arranque la Liga, pero es evidente que su demarcación no le ayuda, y aunque es lógico dejar espacio para los delanteros centro que tiene el equipo, es evidente que perderse a Aspas como delantero en el mejor momento de su carrera tal vez sea un sacrificio excesivamente grande.  

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