Ser un club de cantera


Foto: Diego Pérez
La semana pasada destacábamos la apuesta del club por Samu Araújo para el lateral izquierdo, en una demostración de querencia por la cantera que representa a un club que dice ser de cantera. En lugar de fichar un lateral en el mercado, se decide dar la alternativa a un jugador del filial. Es una apuesta arriesgada, pero coherente con la política de un club de cantera. 

Solo una semana ha pasado para darnos cuenta de que a veces se incurre en ciertas incoherencias, y el caso Borja Iglesias es uno de ellos. El delantero compostelano marcó 34 goles el pasado año en el filial, donde estaba jugando tras un favor al club, que le pidió que se quedase un año con la promesa de una recompensa. 

Lo normal en un club de cantera sería apostar por Borja Iglesias para el primer equipo, pero el fichaje de Maxi Gómez le cerró las puertas. Y no estamos criticando al club por el fichaje del delantero charrúa, que ojalá la rompa en Vigo. Y tampoco decimos que la elección de Borja lo mejore, pero sería lo normal en un club de cantera, máxime cuando ha marcado 34 goles esta temporada.

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