Patxi Salinas anunció que dejaba el banquillo del Rápido de Bouzas, y analizaba en una entrevista en Faro de Vigo lo sucedido durante un año muy duro, en el que llegó con la intención de garantizar la permanencia en Tercera y acabó ascendiendo al equipo aurinegro a Segunda B, en una de las grandes sorpresas de la temporada: “Nadie daba un duro por nosotros y creo que sobrepasamos las expectativas de todos. Nadie en el mundo podría imaginar lo que hicimos, y nadie se acuerda de la clasificación para la Copa del Rey, que es un gran impulso económico, y no te digo nada si pasas de ronda”, afirmó.
El ex jugador del Celta tiene palabras de agradecimiento para la ciudad que le ha acogido nada más colgar las botas en 1998: “Al final te metes en el playoff, pasas tres rondas que se te hacen eternas. Finalmente consigues el objetivo y ves que la ciudad de Vigo, no sé si con los demás, pero conmigo ha sido increíble. Creo que me han felicitado más que cuando jugaba en el Celta y nos metimos en UEFA. Mis hijos flipaban y les decía que toda la ciudad de Vigo debía haber visto el partido del Rápido”, comentó.
El ex jugador del Celta sigue siendo muy querido en la ciudad y por el celtismo. Pocos jugadores a lo largo de la historia han albergado tantas simpatías sin tratarse de futbolistas espectaculares, pero su carácter dentro y fuera del terreno de juego sirvió para dejar un gran recuerdo entre la afición, incluso dos décadas después de acabar su carrera deportiva.
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