La Constructora Civis Global rompe con el Celta y abandona la reforma de la sede


Infografía del proyecto inicial de la sede
La sede del Celta en Príncipe debía inaugurarse este verano, pero a día de hoy no tiene fecha después de que la empresa constructoria, Civis global, haya decidido romper de forma unilateral el contrato que firmó con el Celta para la reforma del antiguo edificio del Círculo Mercantil, que adquirió el Celta para construir una nueva sede social que sustituya a la actual de Praza de España. 

Los retrasos han sido la constante desde la compra del inmueble, primero por los recursos presentados por un socio del club, y después por las sorpresas con las que se ha encontrado el Celta, entre ellas la existencia de un sótano que no aparecía en los planos. El contratiempo surgido con la empresa constructora supondrá un retraso aún más importante. 

Según informa Faro de Vigo, Civis decidió romper el contrato “por la completa transformación que sufrió el proyecto inicial sin que el club accediese a renegociar los términos del mismo en el aspecto económico ni tampoco en cuanto al plazo de entrega”, anunciando además que aunque esperan que todo se resuelva de forma amistosa, no descartan que el asunto acabe en los juzgados. 

Este miércoles ya anunció Faro de Vigo que las obras permanecían paradas en los últimos días. El Celta ya busca una empresa que termine una obra cuya finalización en principio sería en diciembre de 2016, posteriormente se dijo que sería en la primavera de este año y la última promesa apuntaba a este verano, algo que tampoco se producirá. 

En declaraciones publicadas por Faro, la constructora alega que  “el arquitecto cambió el proyecto inicial desde el principio, la obra comenzó en mayo de 2016 y no tiene nada que ver con lo que se firmó entonces, en febrero la empresa se puso seria con el Celta y planteó renegociar un nuevo contrato con el nuevo proyecto o dejarlo”, y hablan de cambios “al 99 por ciento de la obra”. 

El coste inicial de la obra era de 3,6 millones, pero la constructora cree que a día de hoy “no saben ni ellos cuánto costará ni cuándo se podrá acabar”.  Por su parte, el Celta habla de un incumplimiento de contrato por parte de la constructora, alegando que estaba demorando de forma intencionada la finalización de los trabajos y reclamando más dinero al club. 

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