Dorsales históricos del Celta: (24) Catanha


Hace cuatro años publicamos una serie en la que destacábamos a los jugadores que más veces habían vestido cada uno de los dorsales del Celta desde que los números tienen propietario durante toda la temporada. Es decir, desde la Temporada 1995-96. En estos cuatro años se han producido algunos cambios importantes, aunque otros siguen manteniéndose como los que más veces han portado un determinado número. Vamos a ver quienes son los “dueños” de cada uno de los 25 números. 

24 Catanha (147 partidos) 

Catanha fue un jugador muy voluntarioso, que lo daba todo en el terreno de juego, pero que quizás se confundió de deporte. Yo lo veo mas en otro tipo de juego. Las primeras temporadas con nuestro club, dado el vendaval de juego ofensivo que proporcionaba el sistema de Victor Fernández con constantes llegadas al área rival por ambas bandas con Karpin y Gustavo López o por el centro con brillantes acciones de Mostovoi, le permitieron terminar las primeras temporadas anotando un considerable número de goles.

La llegada de Lotina, paradigma de un juego más racano, sin Karpin por la derecha, con Gustavo López con aquella frescura de los primeros años perdida, y un Mostovoi que iba perdiendo la estrella poco a poco, y que se desesperaba con la ineficacia del hispano-brasileño, acabaron por hundir definitivamente al combativo jugador. En su barrio todos eran humildes: su familia, sus amigos..., así es la vida al norte de Brasil. Es por ello que Catanha, el mayor de cinco hermanos, siempre ha tenido que luchar duro para poder ganarse la vida y ayudar a quienes le rodean. Aún hoy en día el futbolista se preocupa por su familia brasileña, a quienes envía dinero para que puedan vivir bien.

Desde bien pequeño había algo que le impulsaba a creer que podía llegar a ser un gran futbolista. La religión siempre ha estado muy presente en su vida. Por encima de todo el dinero, de la fama, de las alegrías o las tristezas, para el delantero lo primero es Dios, a quien nunca se cansa de agradecer todo lo que ha hecho por él.

Catanha lee la Biblia en el vestuario justo antes de saltar al terreno de juego porque, según el propio jugador, recibe una fuerza especial antes de los partidos. Esto puede resultar algo poco habitual dado la vida que rodea el mundo del fútbol, pero él siempre ha defendido que hay que mantener una línea de sacrificio, alejada del dinero, la fama, y sobre todo, nunca olvidar quién eres y de dónde vienes.

Desde muy pequeño siempre tuvo claro lo que quería ser de mayor: futbolista. Así, con 13 años se fue a jugar con los juveniles del Fluminense de Rio de Janeiro, donde no le dieron muchas oportunidades porque había muchos jugadores. El club cedió a varios de ellos, entre los que se encontraba el delantero, que fue a parar al Sao Cristovao. En este equipo empezó a jugar más y su debut en Primera División llegó con 18 años contra el Flamengo. Catanha estaba viviendo su sueño y lo hacía con jugadores como Vagner o Ronaldo, con quienes coincidió.

Tras su paso por varios equipos brasileños se marchó a Portugal, lo que significo su salto a Europa sin ningún padrino. Ningún representante ni jugador que le apoyara en su carrera. Y tras un año, recaló en la Liga española: en el Salamanca.

Su paso por el Salamanca no fue el esperado porque el brasileño sólo consiguió anotar un gol y fue cedido al Leganés. En la siguiente temporada pasó a formar parte del Málaga dónde permaneció dos años y llegó a marcar 50 goles, lo que supuso su consagración como gran delantero en España. El club andaluz, con Catanha como referente, logró el ascenso a Primera pero para entonces muchos clubes importantes ya habían mostrado su interés por contar con el delantero. Y ahí, en un club de élite, estaba su destino. Catanha cambiaba Andalucía por Galicia.

El delantero llegó a Vigo como un icono, como una estrella. El club, que por aquel entonces presidía Horacio Gómez, pagó 2300 millones de pesetas al Málaga, lo que convertía al brasileño en el fichaje más caro del club gallego. A partir de aquí, ya sabemos como continúa la historia.

En el mercado invernal de la temporada 2003-2004, Catanha encontró acomodo en un equipo ruso de cuyo nombre no puedo acordarme. Aplicó el vini, vidi, vinci en su primera actuación. En pocos minutos desde su debut ya había anotado un gol desde el punto de penalty. Pero ahí se acabó todo. No volvió a marcar un solo gol. De ahí a Os Belenenses y tampoco puede triunfar en el futbol portugués, donde otrora había sido idolatrado.

Tras pasar por el Atlético Mineiro brasileño, Catanha firma en enero del 2006 por el CD Linares de la Segunda División B de España, club que tuvo que abandonar a finales del 2007 debido a la grave crisis por la que atravesaba el equipo andaluz.

En el año 2008, el día 9 de Septiembre ficha por el Estepona, por entonces, de la Tercera División del Fútbol Español, acabando la campaña con el ascenso a Segunda División B, siendo una de las piezas claves en el ascenso. Despúes regresó a Bradil, para terminar su carrera en las ligas menores. Ha sido internacional con la Selección de fútbol de España en tres ocasiones debutando en el partido España 2:0 Israel el 7 de octubre de 2000.

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