¿Y Drazic qué?


Foto: RC Celta
Otro de los cedidos que tiene que volver a Vigo el próximo 10 de julio es Dejan Drazic. El serbio no ha salido como se esperaba cuando fichó por el equipo vigués hace dos veranos. Su rendimiento ha decepcionado, y su cesión al Real Valladolid no le ha aportado prácticamente nada. De hecho no le ha servido para ganar confianza, sino todo lo contrario. 

En el mercado de invierno tuvo alguna oferta, aunque ninguna de las opciones convenció al Celta por las condiciones de la cesión. De todos los jugadores que este año estuvieron cedidos en otro club es el que menos opciones tiene de seguir, y lo más probable es que ni llegue a presentarse el día 10, salvo que el Celta no le encuentre acomodo en otro club. 

Lo malo de su situación es que tras una mala temporada en Segunda División se agotan las opciones de cederlo a un equipo de esta categoría, salvo que alguien se atreva a intentar reflotar la carrera del jugador. La opción más probable, lo mejor para el propio futbolista, sería un regreso a su país, donde podría desarrollar su fútbol sin presión en un entorno que le resulte familiar. Esa sería una buena opción para progresar, pero no tendría la evolución que le daría ser titular en un equipo de Segunda o de la zona baja de Primera. 

La situación de Drazic es preocupante porque el Celta realizó una inversión que le podría salir mal. Y en Praza de España no están muy acostumbrados a eso. Casi todos los movimientos son largamente estudiados, y aunque existe un margen de error, este casi nunca se da. El caso Drazic es una anomalía que el Celta intentará resolver. Veremos como lo hace este verano. 

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