Pocas veces se dan este tipo de coincidencias, pero el Celta ha perdido por distintos motivos a los tres entrenadores de sus tres equipos más importantes. A la marcha de Eduardo Berizzo se han unido las de Alejandro Menéndez, técnico del filial, y de David de Dios, entrenador del juvenil hasta esta temporada.
Se da la circunstancia de que en los tres casos hablamos de entrenadores de éxito. Los logros de Berizzo no es necesario recordarlos, así que nos vamos a centrar en lo logrado por Alejandro Menéndez, que en su segunda etapa al frente del Celta B mostró su gran nivel como técnico. Primero salvando al equipo de un descenso que se daba por seguro el pasado año.
El técnico asturiano cogió al Celta en la jornada 24, sustituyendo a Torres Gómez. En aquel momento el Celta B ocupa la décimo octava posición, con 21 puntos, a cuatro de la salvación que marcaba entonces el Sporting de Gijón. 15 jornadas después, el filial ocupaba la undécima posición con 50 puntos, 7 por encima de la promoción. Su temporada fue un anuncio de lo que vendría. Logró 29 puntos en 15 partidos, con una media de 1,93 por partido, y una proyección de mas de 73 puntos en una temporada de 38 partidos. Este año ha logrado 84 puntos, pero no es una casualidad viendo lo logrado el año anterior con un equipo seguramente peor.
Por su parte, David de Dios es otro de los entrenadores más importantes en la cantera. Después de 12 temporadas en la cantera, De Dios logró sus mayores hitos en el juvenil, y también llegó a entrenar al Celta B, aunque sin excesiva fortuna. Con el juvenil fue finalista de la Copa de Campeones en 2013, y alcanzó la semifinal esta mismo año. También alcanzó la semifinal de Copa en años anteriores, y sobre todo ha formado buenos jugadores de los que se ha nutrido el filial con frecuencia.
Tres pérdidas importantes para el Celta que se reconstruirá a nivel técnico este año. Será difícil que los que vengan hagan olvidar a los que se fueron, pero el objetivo es ese y ojalá se alcance.
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