Una oportunidad única


Foto: Jonathan Nackstrand/Getty Images
Me había prometido a mí mismo no ver nada de la final de la Europa League. No era algo que me apeteciese, pero al final no pude resistirme y ví algo, aunque no todo ni todo el tiempo. Y fue tal y como me lo imaginaba. Los recuerdos se agolpaban. Veía el campo, con las aficiones de ambos equipos, y no podía dejar de pensar en ese fondo celeste, en el que sonaría la Rianxeira, el miudiño y el Aspas on Fire. 

Ha sido muy duro verlo, sobre todo cuando los jugadores del Manchester United recibieron una copa que debía levantar Hugo Mallo. Y más viendo como se desarrolló la final. Es cierto que cada partido es un mundo, y que no siempre el fútbol responde a la lógica, pero viendo el partido se confirmó que el rival del Celta en las semifinales era el más duro de todos, y que una vez superado ese escollo, podría ser capaz de cualquier cosa. 

Nunca se sabe, porque también el Alavés era sobre el papel peor que el Celta, y el sábado estará en la final de Copa, pero es innegable que si Beauvue y Guidetti están acertados, con tal de que uno lo estuviese sería suficiente en realidad, esa final la jugaría el Celta, y la competiría, porque no es peor equipo que el Ajax, y porque al Manchester le costó mucho menos deshacerse del rival en la final que de su oponente en la semifinal. Queda la sensación de una oportunidad única, tal vez irrepetible. Quien sabe. 

0 comentarios:

Publicar un comentario