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| Foto: RC Celta |
La segunda vuelta de la temporada ha dado un vuelco total en la vida futbolística de Sergio Álvarez. El gato de Gatoira regresaba de las vacaciones de navidad sin titularidad y con la sensación de haber hecho una primera vuelta mejorable. Todo eso cambió de forma radical en un 2017 que le está sonriendo deportivamente. La mala suerte se está cebando con su compañero Rubén Blanco, lesionado prácticamente durante todo lo que va de año.
Sergio ha tenido que hacer horas extra en la portería para cubrir la baja de su compañero en Liga, Copa y Europa League, y su rendimiento ha sido extraordinario. Ayer disputó su partido número 100 como jugador de Primera División y volvió a dejar para el recuerdo otra gran tarde con paradas tan espectaculares como la de la foto, a un cabezazo a bocajarro al que responde con agilidad felina.
El gato ya es centenario en la máxima categoría. El próximo mes de agosto cumplirá 31 años, y todo lo que ha conseguido es verdaderamente meritorio, porque nunca lo tuvo fácil. Siempre tuvo a su lado a un contrincante que por diversas cuestiones contaba con el favor del club. Primero Yoel y ahora Rubén Blanco, eran proyectos de futuro. Sergio ha estado siempre condenado a no ser la estrella, pero ha sabido buscarse un lugar en el fútbol y llegar a jugar 100 partidos en la máxima categoría y, de momento, 149 con la camiseta del Celta. Termina contrato el 30 de junio de 2018, y bien haría el Celta en ampliar su contrato cuanto antes.
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