Martínez Munera y el doble rasero


Martínez Munuera marcó la diferencia en Balaídos. El colegiado alicantino vivió un partido marcado por sus errores y un claro doble rasero, que es quizás lo que más molestó en Balaídos. Porque uno puede entender el error como parte del fútbol. Esto es algo que se puede entender, pero cuando el criterio cambia tanto en función de quien es la víctima, es que hay algo más detrás. 

El ejemplo más claro de esto que decimos se dio con la expulsión de Iago Aspas. Según se ve en la repetición, es penalti claro de Sergio Ramos, pero es entendible el error, no verlo o interpretar que el contacto es insuficiente. Lo que no es de recibo es amonestar a Aspas por fingir penalti, suponiendo además la expulsión del futbolista de Moaña. 

Pero un minuto después, exactamente un minuto después, se produjo una acción idéntica con Cristino Ronado y Jonny como protagonistas. En este caso no señaló penalti, pero no se atrevió a amonestar al portugués. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia entre una jugada y la otra?. 

Hay otra acción que define el arbitraje de Martínez Munuera. Acción ofensiva del Real Madrid. Hay dos jugadores tirados en el suelo, uno del Celta y otro del equipo blanco. La acción continúa con normalidad, el Celta aleja el peligro y sale a la contra, parada por el trencilla para atender a los lesionados. ¿Por qué se para el juego en la contra del Celta y no mientras atacaba el equipo de la capital?. 

Son preguntas que no tienen respuesta ni la tendrán, aunque todos intuimos cual es. Es una pena que estas cosas pasen en un fútbol donde la diferencia de presupuestos ya marca  distancias casi insalvables. Si a esta distancia se unen arbitrajes como el de Martínez Munuera y como los que sufren equipos como el Celta constantemente cuando se miden ante Madrid y Barcelona, plantarles cara es absolutamente imposible. 

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