Las permanencias tranquilas


Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images
A principios de este curso no faltaron los agoreros que vaticinaban un descenso del Celta, cumpliendo con esa supuesta tradición que condena al equipo vigués a Segunda División cada vez que se asoma por Europa. Los argumentos eran múltiples, y se referían fundamentalmente a la inexperiencia de los jugadores, del entrenador, a la confección de la plantilla, a la llegada de Felipe Miñambres, etc, etc. 

Empezar perdiendo los tres primeros partidos y empatar el cuarto contra un equipo que ya pintaba mal como Osasuna, no hizo sino alimentar las teorías de los más pesimistas, que ya entonces veían claro el descenso del cuadro celeste. Tres jornadas bastaron para demostrar que el Celta sería incapaz de compatibilizar la Europa League con la salvación. Y eso que aún no había empezado la competición. 

El tiempo, afortunadamente, no les ha dado la razón. Es lógico, no había ningún motivo objetivo para que algo así pasase. De hecho, el Celta no solo compitió en la Europa League, donde por el momento ya ha igualado su mejor clasificación, sino que también lo hizo en la Copa del Rey, y eso lo ha podido compaginar con una permanencia muy tranquila, certificada matemáticamente el pasado domingo en Los Cármenes. Quedan 18 puntos en juego, y el Celta supera en 22 puntos al Sporting, y ocupa la décima posición. 

En realidad, el descenso nunca fue un problema esta temporada, ya que los de Berizzo siempre han mirado más hacia arriba que hacia abajo, con el objetivo de colarse en los puestos europeos, algo que está bastante complicado, para alimento de los agoreros. Sed felices. 

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