El celtismo no quiere despertarse


Foto: EFE
Queda muy poco para que arranque el partido. Será mañana a las 21:05. El momento de vivir una eliminatoria de octavos de final ha llegado, y con ella la oportunidad de volver a jugar los cuartos de final, algo que no sucede desde hace muchos años, en concreto desde el 2001, cuando el Barcelona eliminó al Celta en una polémica eliminatoria cargadas de decisiones arbitrales bastante extrañas. 

Aquello fue hace 16 años. Un mundo sin estar en la parte final de una competición europea, aunque desde entonces pudo llegar a los octavos de final en el año 2007, siendo eliminado por el Werder Bremen. En aquel momento, justo tras caer eliminado con el Barcelona, solo se pensaba en volver al año siguiente, porque era la tercera temporada consecutiva alcanzando esa ronda y el celtismo veía como una posibilidad muy real regresar más pronto que tarde. 

Sin embargo, han pasado más de tres lustros sin que los celestes tuviesen la oportunidad de saborear esa eliminatoria, que ahora está tan cerca y tan lejos a la vez. Cerca porque solo haca falta eliminar a un rival  para lograrlo, y lejos precisamente por lo mismo.  El Krasnodar no será un equipo sencillo, no dará facilidades y pondrá las cosas muy complicadas a todos. No es para menos, estamos en octavos de final. Estamos al borde de un sueño, que no es solo llegar a cuartos de final. Es mucho más que eso. 

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