El cambio de chip


Foto: Atlántico Diario
Más allá del esfuerzo físico que está llevando a cabo la plantilla céltica, está el esfuerzo mental de combinar varias competiciones para un equipo que no está acostumbrado a algo así. El hecho de tener que cambiar de chip casi cada semana es un esfuerzo de concentración y adaptación a las diferentes competencias, que tiene un mérito enorme. 

Y no solo la plantilla, sino el cuerpo técnico, que no puede rotar ni descansar. Que no se le puede dosificar, porque tiene que estar siempre -como nosotros- cambiando cada tres días la forma de enfocar las distintas competiciones. El Celta lleva un año 2017 realmente apasionante desde el punto de vista del aficionado, pero agotador desde la perspectiva del profesional. 

Con la resaca de la victoria ante el Krasnodar, llega el momento de ponerse a pensar en el Krasnodar. El entrenamiento de ayer sirvió para recuperar, y el de hoy para poner en orden las últimas instrucciones antes del partido de mañana, tal vez con jugadores muy diferentes, para intentar no descolgarse. Pero además de que estos pueden cambiar, también cambia el enfoque, ya que un resultado que puede valer en la Liga, puede ser malo en una eliminatoria y viceversa. Y no solo el que refleje el marcador al final de cada partido, sino también durante el mismo. Y no es fácil. 

Sirva esto para remarcar aún más el enorme mérito que está teniendo la plantilla céltica, que está sufriendo en sus carnes los peajes que conllevan estar en varias competiciones a la vez sin estar acostumbrado a ello, y además dando la cara en todas ellas, sin dejar de competir jamás, sin rendirse, y marcándose los objetivos más ambiciosos siempre. Y todo ello manteniendo una unidad entre el vestuario casi idílica. Temporada increíble y difícilmente repetible. Disfrutad todo lo que podáis.

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