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| Foto: Diario AS |
Fabián Orellana se transparenta para el valencianismo. En menos de un mes ha mostrado todo su repertorio, un amplio catálogo en el que destaca su enorme calidad técnica y la influencia positiva que tiene para un equipo, pero también aquello que, en cierta medida, lo ha lastrado durante su carrera: Su carácter.
Después de destacar en los últimos partidos del conjunto ché, repartiendo asistencias de gol y marcando un gol muy importante ante el Real Madrid que permitía al Valencia asomar la cabeza lejos del descenso, este sábado ha sido expulsado en la derrota de su equipo en Vitoria. Ganaba el Alavés 2-1, y Orellana estaba desesperado, por lo que en el 87 fue expulsado por una dura entrada a Sobrino, dejando a su equipo con uno menos evitando cualquier opción de remontar el 2-1 anotado por Katai un minuto antes.
En Valencia ya conocen a Orellana. Saben que a su nivel, es un jugador que marca diferencias en la Liga y que hace dar un salto de calidad a cualquier equipo, incluido el ché, repleto de grandes futbolistas. Pero también han conocido que el pequeño Jedi chileno también se va en ocasiones al lado oscuro de la fuerza. De todos modos, si saben llevarlo, todo lo positivo que aporta pesará más en la balanza que sus escarceos con el Imperio.
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