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| Foto: Curto de la Torre/Getty Images |
No está teniendo fortuna el Celta en los últimos minutos, pero cuando las cosas se repiten tal vez no sean fruto de la casualidad. El Celta ha perdido varios encuentros esta temporada por no ser capaz de aguantar un resultado favorable, incluso con varios goles a favor. Le pasó en San Mamés, aunque también influyó el hecho de quedarse con un hombre menos en la recta final, y le volvió a pasar ayer.
Pero no han sido los únicos casos. En Las Palmas perdió una renta de tres puntos, y ante el Barcelona, tras ponerse 3-0 y 4-2, acabó pidiendo la hora. Da la sensación de que al Celta, por mucha diferencia que alcance en el marcador, siempre le pueden remontar un partido, y el principio del fin suele llegar cuando el equipo se echa atrás, bien por insistencia de los rivales, o por miedo a perder lo alcanzado, pero el caso es que acaba costando puntos que serían muy importantes.
Y es una verdadera lástima, porque el equipo estropea en los últimos minutos el gran trabajo realizado durante todo el partido. Ayer fue superior al Atlético en muchas fases del partido, y tuvo mucho mérito ya que estamos hablando del actual subcampeón de Europa, y de un equipo que atraviesa uno de los momentos más dulces de la temporada. El Celta ganaba a cinco minutos del final, y nadie podría asegurar en ese momento que fuese injusto.
Por eso dolió la manera en la que el Atlético fue capaz de superar al Celta. En tan solo cinco minutos en los que apretó. Es algo que tendrá que resolver el Celta si quiere lograr los objetivos que se ha marcado para el resto de la temporada
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