El viejo anhelo del celtismo


El Celtismo ha perseguido durante años días como el de mañana en Balaídos. Europa regresa al viejo estadio celeste, no ya en una fase de grupos, sino en una eliminatoria, algo que no se vivía desde aquel duelo ante el Werder Bremen en el año 2007. El Celta, entonces, cayó derrotado y no pudo remontar en Bremen ante el que en esos momentos era uno de los mejores equipos de la Bundesliga. 

Era un Celta muy diferente al actual, que pensaba más en la competición doméstica, buscando la salvación, que en el lucimiento europeo. Nada que ver con la situación actual, donde el equipo de Berizzo respira tranquilo en la Liga y ve la Europa League como una competición que le puede proporcionar grandes momentos al celtismo, que contiene la respiración ante el regreso de la competición continental. 

Han pasado muchos años desde la última vez, pero más allá de aquel año en el que, como comentábamos, importaban más otras circunstancias, el celtismo no se olvida de aquellas eliminatorias ante el Olympique de Marsella o ante el Lens,  por poner dos ejemplos, en las que el Celta estuvo a punto de hacer algo grande y se quedó siempre en cuartos. También le pasó ante el Barcelona, en una eliminatoria muy polémica con final triste para los célticos, que se tomarían la revancha unas semanas después en la Copa del Rey. 

El viejo anhelo del celtismo es ver a su equipo más allá de ese tope que son los cuartos de final,  y por qué no, en una final. Es muy complicado, porque enfrente hay equipos de un nivel muy importante, pero nadie dijo que iba a ser fácil, como tampoco lo es eliminar al Real Madrid o al Atlético de la Copa del Rey. Ni tampoco meterle cuatro goles al Barcelona, aunque en París les parezca lo más normal. Este equipo ha demostrado que su máximo nivel es muy alto, y que no debe temerle a nadie. Al contrario, cualquiera debe sentir miedo de enfrentarse al Celta. Incluso ahora, que viene de una dura eliminación copera y de una derrota en los últimos cinco minutos en casa del subcampeón de Europa. 

Este puede ser el año, y si no es este será otro, pero golpearemos tanto la puerta, como dijo Juan Carlos Álvarez en Faro de Vigo, y parafraseó Berizzo en la última rueda de prensa, que acabará cayendo. Y nosotros estaremos allí para vivirlo y disfrutarlo. 

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