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| Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo |
Eduardo Berizzo, como buen argentino, lleva un filósofo dentro. El técnico celeste sabe tocar la fibra a la afición en la sala de prensa, y también lo traslada al vestuario, donde ha sido capaz de convencer a sus jugadores de que era posible ganar un título esta temporada. Todo ello en un equipo que en 94 años de historia, jamás logró algo así.
Es verdad que el convencimiento de alcanzar algo no es suficiente, pero es un paso muy importante para llegar a las metas que nos proponemos. Esta mañana explicó en la sala de prensa las sensaciones del vestuario, y la motivación para esta eliminatoria de Copa ante el Alavés: “Es un sueño que perseguimos todos. Las cosas para que sucedan, primero hay que soñarlas”, destacó.
El preparador argentino se quiso desmarcar de su espina clavada por perder la final en el 2001, siendo jugador: “Lo que ha pasado en mi etapa de jugador nada tiene que ver con mi etapa de entrenador. Quiero volver a esa final por mis jugadores, porque tanto esfuerzo, compromiso y dedicación, se merecen experimentar una final”.
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