Don Marcelo


Foto: Octavio Passos/Getty Images
Sucede a veces que un jugador, por los motivos que sean, no acaba de encajar entre los aficionados. A Marcelo Díaz le ha pasado con el celtismo. Y eso que entró bien, pero las múltiples lesiones que padeció en sus primeros meses como jugador del Celta, y el hecho innegable de que tuvo actuaciones mejorables a principios de esta temporada, le han convertido en el blanco más fácil de la crítica. 

Y eso no es necesariamente malo, porque es bueno exigirle a los futbolistas buenos. Como es el caso. Pero no deja de ser algo injusto, porque Marcelo Díaz tiene mucho más fútbol del que aparenta, y hace mucho más trabajo del que se ve a simple vista. Ayer tuvo una incidencia directa sobre el resultado, participando activamente en los dos goles. Suyo es el pase a Wass, que posteriormente se la cedió a Guidetti para el primero, y en el segundo, también llega el “Chelo” para asistir a Wass, antes de la pared con Jozabed. 

Además, apareció en el descuento para dar un gran pase a Bongonda, que el belga no pudo transformar en el tercero ante la buena intervención de Kiko Casilla. Pero claro, su labor no es esta, y no fue lo único que hizo. El internacional chileno dio coherencia al juego del equipo en la medular, aunque le costó imponerse al centro del campo madridista, especialmente a un Kovacic que estuvo de dulce, especialmente en la primera mitad. 

Una característica de Marcelo Díaz es su capacidad para mejorar casi todos los balones que le llegan. Y sí, pierde balones, como también los pierden Radoja o el Tucu, pero en la mayoría de las ocasiones mejora los balones que recibe, y eso es lo que se le pide a un futbolista de sus características. Obviamente tiene partidos mejores o peores, pero Marcelo, o mejor dicho, Don Marcelo, es un futbolista que hay que disfrutar cuando tiene su día. 

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