Larga vida al Totismo


Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo
Ayer vi el partido solo, sin redes sociales, apenas intercambiando algún mensaje con amigos por Whatsapp. Simplemente disfrutando de un partido en el que el Celta dio una lección en muchos aspectos. La primera de fútbol, la segunda de estilo, y la tercera de ética. El Celta lo hizo todo bien durante 80 minutos. Bordó el fútbol, fue infinitamente superior a  un rival de un gran nivel, en un escenario magnífico, maravillando a los seguidores imparciales. 

Lo hizo todo bien hasta ese minuto en el que Roncaglia comete el penalti sobre Iñaki Williams, y el partido se tuerce de una manera insospechada solo 30 segundos antes. Con todo, e incluso jugando con uno menos, el Celta plantó cara al Athletic, que solo llegaba a balón parado, e incluso Wass pudo marcar con un libre directo que sacó de nuevo Kepa. La palabra que sentí por el equipo en esos momentos fue orgullo. Me parecía imposible sentir otra cosa. 

Al finalizar el partido, entré en Twitter y lo que vi me sorprendió. Aunque tal vez no debiera hacerlo. Los comentarios en la popular red social eran apocalípticos. Berizzo merecía la muerte, y se le consideraba el principal responsable de la derrota. ¿Principal responsable de qué? Acusaciones de todo tipo que apuntaban directamente al preparador argentino. Ese mismo que ha conseguido llevar al Celta hasta donde está a pesar de perder a sus mejores jugadores en los últimos años. 

Resulta sorprendente la capacidad que tenemos de auto destruirnos. Mientras el Celta recogía elogios por parte de los críticos que siguen el fútbol, el celtismo se desangraba pidiendo la cabeza del entrenador y criticando con una dureza extrema sus decisiones. No podía salir de mi asombro. 

El Celta realizó un partidazo, no se arrugó en ningún momento. Estuvo perfecto en defensa hasta el penalti, y no cambió su forma de juego en ningún momento. Casi ni con uno menos. Con 0-1 tuvo dos ocasiones clarísimas, una a pies de Iago Aspas y otra con Radoja como protagonista, que solo un extraordinario Kepa pudo evitar. ¿De verdad tuvo la culpa Berizzo en eso?. ¿Perdió el Celta por una cuestión táctica? 

Se le culpa de los cambios, por echar el equipo atrás, pero la realidad es que el único cambio con 10, el de Marcelo Díaz por un extenuado Guidetti, no supuso cambio alguno, porque en realidad fue un cambio de piezas. Aspas pasó al 9, Wass a la banda y Pablo Hernández a la media punta. ¿Acaso es el equipo “amarrategui” cada vez que no juegan Aspas y Guidetti juntos?. El cambio de Aspas es el más controvertido. Cierto que dejaba al equipo sin un delantero, pero eso no provocó el segundo del Athletic. En ese momento, con Aspas también fatigado, optó por dejar en el campo a Bongonda, más rápido y más entero físicamente. Y en todo caso, unos minutos después también lo retiró del terreno de juego para dar entrada a Sisto. 

Se puede debatir sobre sus decisiones, estar más o menos de acuerdo en ello, pero la crítica constante al mejor entrenador que ha tenido el Celta en décadas es sorprendente. Berizzo ha sido quien nos ha traído hasta aquí, ha sido el entrenador que ha preparado el partido a la perfección, pero no tiene control sobre todo lo que sucede en un terreno de juego. La responsabilidad de un entrenador no está en los aciertos o en los fallos de sus jugadores en un partido concreto. Lo está a largo plazo, pero no en un partido. La única responsabilidad que tuvo ayer Berizzo fue la de construir un equipo que maravilla al mundo del fútbol. Y eso nos debe hacer sentir muy orgullosos. Luego se puede ganar o perder, pero creo que no nos podemos quejar de los dos años y medio que estamos viviendo con él en el banquillo. Larga vida a Toto y al Totismo. 

1 comentarios:

Unknown dijo...

Totalmente dacordo

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