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| Foto: Reuters |
El Celta está a punto de cerrar el año 2016 alcanzando todos los objetivos marcados antes de que comenzara la temporada. Si le preguntasen a Berizzo, o a cualquier de los jugadores en el mes de agosto pediría llegar a las vacaciones de navidad con el equipo clasificado para la siguiente fase de la Europa League y la Copa del Rey, y bien situado en la Liga.
El primer objetivo está conseguido, el segundo hay que refrendarlo el jueves 22 ante el UCAM Murcia en Balaídos. El partido de ida se saldó con un 0-1 a favor de los vigueses, pero hay que mostrar el mayor de los respetos por un equipo que rayó a gran nivel ante los célticos en La Condomina.
El tercer objetivo, seguramente el más importante de todos, es estar situado en una zona tranquila en la clasificación, algo que está logrando ahora mismo, con la Europa League mucho más cerca que los puestos de descenso. Quedan tres partidos para cerrar un año mágico, que recordará el celtismo durante mucho tiempo, con los objetivos a punto de cumplirse.
Cierto es que el juego en los últimos encuentros no ha sido el esperado, o al menos no lo ha sido en todos los partidos, ni durante todo el tiempo. Es un aspecto a mejorar que seguramente preocupará a Berizzo. El equipo en muchas ocasiones gana por pegada, aunque sigue recordándonos en diversas partes de algún partido a aquel Celta rotundo que manejaba los partidos a su antojo, y al que le costaba muchísimo marcar. Se ha perdido la frescura en la circulación del balón, pero el equipo ha ganado en eficacia de cara a la portería contraria. No se puede tener todo.
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