Guidetti asume los galones


Foto: Aris Messinis/Getty Images
Decíamos en los días previos al partido de Atenas que había llegado el momento de Guidetti. El ariete sueco cobraba especial importancia ante la ausencia de Iago Aspas, un jugador tan importante ahora mismo que su ausencia parecía un muro infranqueable, una barrera imposible de superar. 

Pues no, ninguna ausencia es lo suficientemente importante si las alternativas son de garantía. Pocas veces ha podido presumir el Celta de tener un nivel tan alto en su delantera. Al gran momento de forma de Iago Aspas, un futbolista capaz ahora mismo de cambiar cualquier partido, se unen sus reservas: Guidetti y Rossi son jugadores capaces de marcar diferencias, especialmente el primero. 

No tardó ni cinco minutos el sueco en desnivelar el partido. El centro de Hugo Mallo era bueno, pero había que pelearlo ante dos defensas que encimaron al atacante céltico y dificultaron en la medida de lo posible su remate. Parar a Guidetti es un ejercicio de precisión al que no llegaron los zagueros helenos. Remató de forma contundente y puso el 0-1 a favor del Celta. Un gol mucho más importante de lo que parece, ya que eliminó el stress de las piernas del Celta, y lo trasladó directamente a Valonia. 

En la segunda mitad, en un partido muy atascado, con el Celta carente de ideas, y el Panathinaikos achuchando más por empuje que por fútbol, llegó la acción del penalti, en la que Guidetti se anticipa al defensa, y este comete uno de los penaltis más groseros que recuerdo. Ni lo protestaron. Orellana anotó el 0-2, y Guidetti resolvía el partido en dos zarpazos. Prácticamente en sus únicas apariciones. ¿Se puede pedir algo más?. 

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