Las bodas de oro de Vlado Gudelj


El 27 de noviembre de 1966 nacía Vlado Gudelj en Mostar, la ciudad más importante de Herzegovina, por entonces perteneciente a la  República Socialista Federal de Yugoslavia, y actualmente perteneciente a Bosnia. Su fichaje por el Celta se produjo apenas unos meses antes de que se iniciase la guerra de Bosnia después de que el país declarase su independencia de Yugoslavia, siendo asediada durante 18 meses, y su ciudad bombardeada el 3 de abril de 1992. 

Con 25 años, y el peso de los sucesos que ocurrían en su país, Vlado Gudelj vivía una realidad alternativa como goleador de un Celta que iba como una bala hacia la Primera División. En un año horrible a nivel personal, el futbolista vivió uno de sus mejores momentos como deportista, anotando 27 goles en 36 partidos, que fueron claves para que el Celta regresase a la máxima categoría donde se instalaría una docena de años más. 

Durante esos años, Gudelj asistió al crecimiento del club, que pasó de pelear por la permanencia, a disputar una final de Copa, donde el herzegovino fue clave, y su primera clasificación europea desde 1971. Convertido en un ídolo indiscutible para toda una generación de celtistas, Vlado Gudelj abandonó el Celta en 1999, pero por entonces ya había tomado la decisión de fijar su residencia en Vigo. 

Gudelj marcó 114 goles en 258 partidos, unas cifras al alcance de pocos jugadores, acompañadas de un magnífico carácter que le ha hecho ser muy querido por el celtismo. Tras dos años en el Compostela, regresó a Vigo y se incorporó al club donde ejerció diversos trabajos hasta que en el año 2011, 20 años después de llegar a Vigo, se convirtió en delegado de equipo, cargo que ocupa actualmente. 

Hoy cumple 50 años, un jugador sensacional, un delantero recio, físico, muy potente, de los de antes, que hizo las delicias de la afición celeste durante 8 temporadas.

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