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| Foto: Ricardo Grobas |
Cuando Orellana regresó al equipo tras su lesión, en el partido de Villarreal, las sensaciones no fueron buenas. El equipo falló en bloque, y Orellana no estuvo a la altura de las circunstancias, participando incluso en una pérdida que acabó con un gol del equipo castellonense.
Por eso, el final de la semana pasada ha sido tan alentador para el chileno. No estuvo excesivamente bien ante el Ajax, donde apenas jugó media hora, pero firmó un golazo que valía el empate, y que recorrió toda Europa por la belleza de su ejecución, al margen de la importancia que tenía en la clasificación.
Ante el Deportivo completó y mejoró la semana con un partidazo, de los mejores que se recuerdan al chileno, y por supuesto su mejor actuación en un derbi. Gol y asistencia, pero además de eso, la persistencia en sus acciones, que debilitaron a los coruñeses, hasta acabar claudicando con el segundo gol, que llega tras un penalti en una jugada iniciada por el internacional chileno.
La recuperación de Orellana es la mejor noticia para el Celta. No solo la recuperación teórica, sino una recuperación efectiva, práctica y palpable. El Orellana que jugó el derbi es el Orellana que nos enamoró durante los últimos años. Un futbolista total, que se esfuerza al máximo en defensa, y tira de chispazos geniales, como el control ante Fernando Navarro en el primer tanto, para marcar las diferencias. Ese es el Orellana que necesitamos para hacer que las ausencias se olviden cuanto antes.
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