Dinamarca celeste


Hasta hace poco más de cuatro años el Celta no había tenido ningún jugador danés en sus filas. Dinamarca es un país, aunque pequeño, con cierta tradición futbolística, pero nunca había coincidido que uno de ellos acabase en el Celta hasta que alguien descubrió a Michael Krohn-Dehli, que llegó a Vigo como un extremo y se marchó como uno de los mejores interiores de la Liga. 

Durante tres temporadas, MKD se convirtió en una de las referencias del equipo para la afición, y también para los rivales. Sus pases serán recordados durante años en Balaídos, por una afición que lo idolatró y que lamentó su marcha cuando acabó contrato en el año 2015. Se fue al Sevilla sin dejar un euro en la caja, pero a cambio dejó recuerdos imborrables de asistencias, de su exquisita conducción y su carácter sobre el terreno de juego. 

Para sustituirlo, el Celta volvió a mirar hacia Dinamarca, y ficho a un futbolista que había militado los últimos años en la Ligue 1 francesa. Daniel Wass, un todocampista con capacidad para jugar en varias posiciones de la medular, y también como extremo o lateral derecho. En su primera temporada demostró que un danés podía hacer olvidar a otro, o al menos conseguir que no se le echase tanto de menos. 

Y tras la experiencia de los dos primeros, este verano ha llegado el tercero. Pione Sisto, un jugador muy diferente a los otros dos daneses que han jugado en el Celta. No solo por su aspecto físico, sino también por su juego. Krohn-Dehli es la pausa, Wass el trabajo y la constancia, y Pione Sisto es la electricidad personificada. 

La sensación es que el flujo de futbolistas daneses en el Celta no parará con la llegada de Sisto. El Celta ha puesto su mirada en este pequeño país de poco más de 5 millones de habitantes, y futbolistas que casi siempre salen bien. 

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