Bongonda y el fútbol que emociona


Foto: Marta G. Brea/Faro de Vigo
Mientras el Celta sigue buscando refuerzos para la parcela ofensiva, los atacantes de la actual plantilla tienen que trabajar para demostrar que pueden ser válidos para el equipo y merecedores de minutos, con independencia de los fichajes que finalmente lleguen. Uno de esos futbolistas es Théo Bongonda. No nos cansaremos de repetir que este puede ser el año del extremo belga, sustituto natural de Nolito tras la marcha del andaluz a la Premier League. 

A Bongonda se le había visto poco en pretemporada. Durante las vacaciones trabajó en solitario junto a un preparador físico para llegar en plenas condiciones al regreso al trabajo. La carga física de Pablo Fernández le lastró en los primeros encuentros, donde estuvo carente de chispa. Sin esa chispa, Bongonda se convirtió en un jugador bastante previsible y fácil de parar. 

Ayer en Melgaço encontró su mejor versión, siempre teniendo en cuenta que enfrente había un equipo de Segunda División.  El atacante intercambió constantemente posiciones con Drazic, entrando por izquierda y por derecha, volviendo loca a la zaga rival, incapaz de detener el vendaval en el que se convirtió el internacional Sub-21 belga en la segunda mitad. Marcó un gol, tras una gran acción personal y mejor disparo, y dejó alguno de los momentos más aplaudidos de la tarde, con regates, caños y carreras que levantaron al público de sus asientos. 

Los partidos de Italia serán el banco de pruebas definitivo que Berizzo espera antes de arrancar el curso. Es evidente que Bongonda ha dado un paso hacia adelante. Tiene mucho fútbol en sus botas, es un jugador de esos que merece la pena ver. Elegante, divertido, emocionante. Será un digno sucesor de Nolito si le dan oportunidades, pero siendo conscientes de que no es ni será nunca como el sanluqueño. Es simplemente diferente. 

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