El amigo Luis Enrique


Foto: Miguel Riopa/AFP
El Celta se juega esta noche parte de su temporada, o mejor dicho: De su pretemporada. De lo que suceda en la final de la Copa del Rey dependerán las vacaciones de nuestros jugadores, y la planificación del verano. No es lo mismo prepararse para empezar a competir a finales de julio, que hacerlo para arrancar a mediados de agosto. 

Tampoco es lo mismo jugar las previas, con el riesgo que supone, que hacerlo ya directamente en la fase de grupos. No hemos venido a este mundo a sufrir, y eso es lo que evitaremos si esta noche gana el Barcelona. En ese club no es el que el Celta vaya sobrado de amigos, pero alguno tenemos, seguramente de los buenos. 

Rafinha es uno de ellos. Celtista de corazón, ex jugador e hijo de una leyenda del club. Poco más que decir. Pero no es el único, también está Luis Enrique, que entrenó al Celta hace dos temporadas. Ayer Hugo Mallo se encomendaba a los amigos para solicitarle ese favor, el de ganar la Copa del Rey. 

Es evidente que no lo ganarán, si lo logran, por favorecer al Celta, pero lo importante, en este caso, es que lo hagan. Poco más que decir. 

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