Perder la perspectiva


Foto: David Ramos // Getty Images
Es curioso lo cambiante que es el mundo del fútbol. Desde que comienza la temporada, los aficionados nos embarcamos en una montaña rusa con bajadas vertiginosas y ascensos a toda velocidad en el que no faltan las curvas y hasta las piruetas mortales que nos llevan a entender lo maravilloso que es el mundo del fútbol, por la emoción que destila. 

El celtismo ha vivido un buen ejemplo esta semana, primero con el empate en Cornellá, otrora buen resultado para los nuestros, ahora acogido con una decepción tan enorme como sorprendente, que llevó a muchos a maldecir contra el técnico y contra los jugadores que tienen al equipo en sexta posición. En un partido además cargado de fútbol por parte de ambos equipos, y de honestidad deportiva, con la búsqueda de la victoria por encima de cualquier otra consideración. 

Cierto que se podría haber conseguido un mejor resultado, pero el rival también juega, y el punto, aún siendo mejorable, no es un mal botín en un estadio en el que el Celta nunca había puntuado ni marcado ningún gol en Liga. Ese punto se hizo bueno el miércoles con las derrotas de Athletic y Sevilla. Los bilbaínos cayeron ante uno de los candidatos al título, pero los hispalenses lo hicieron en la cancha de un equipo en posiciones de descenso, donde el Celta ganó hace tan solo dos semanas. 

¿En qué momento hemos perdido la perspectiva de lo que somos?. El Celta está peleando por la quinta posición con dos potencias económicas como el Sevilla y el Athletic. Dos equipos que buscan su posición “natural”, ya que son los quintos y sextos prespuestos más altos de la Liga. El Athletic tiene 86 millones, y el Sevilla 126. Contra ellos pelea el Celta con 39. 

Pero es que el Celta, además, está muy por encima de equipos como el Valencia (141 millones), Real Socieadad (68), Betis (51), o Málaga (47). Y el equipo ante el que ahora resulta obligatoria ganar, el Espanyol, está en torno a los 60 millones de euros de presupuesto. Incluso equipos similares, como el Deportivo, rival histórico del Celta, que gasta en salarios más que el propio Celta, está a 16 puntos de diferencia. 

Sería bueno recuperar la perspectiva, ser consciente de lo que somos, del enorme mérito que tiene lo alcanzado por el Celta, y de disfrutar un poco más con este juego que, en muchas ocasiones, nos ha dado más tristezas que alegrías. Nos encontramos en un momento dulce, una temporada histórica, y sería bueno evitarse disgustos innecesario. ¡Qué no estamos tan mal, hombre!. Muchos otros lo firmarían. 

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