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Foto: Bea Hervés |
El papel de la afición es indiscutible, y este sábado tendremos ocasión nuevamente de comprobarlo. El celtismo fue capaz de llevar en volandas al equipo hacia la salvación hace tres temporadas, cuando muchos dejaron de creer, otros, pocos al principio y más al final, se aferraron a las opciones matemáticas, apoyaron, creyeron, no se rindieron, y acabaron celebrando en el mes de junio una salvación que supo a gloria porque permitía al equipo seguir creciendo.
Ni un paso atrás. Esa es la idea de un club que ha ido creciendo con la madurez de su afición. Ahora, justo cuando se acerca el momento más delicado de la temporada, después de dos empates que han bajado un poco el ánimo de muchos, toca nuevamente movilizarse para empujar al equipo hacia un objetivo que nada tiene que ver con aquello que movió al celtismo hace tres años.
Ya no es una lucha por la supervivencia, por mantenerse en una categoría que debería ser la de siempre para el Celta. Ahora, en la Temporada número cincuenta en la máxima categoría, el Celta busca una nueva singladura en unas competiciones europeas que no catamos desde hace diez años. Es el momento, el celtismo lo ha sabido entender y lo demostrará el sábado. ¿Te lo vas a perder?.
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