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| Foto: Manuel Queimadelos // Getty Images |
El Espanyol perdió el viernes ante el colista, en un partido que comenzó ganando, adelantándose en el marcador nada más comenzar el encuentro, y que se le escapó en dos acciones a balón parado. La situación de los periquitos es de relativa tranquilidad. Le favorecen los resultados de sus rivales, que no consiguen ganar, lo que le permite mantener una relativa distancia de seguridad.
El cuadro barcelonés ocupa la decimoquinta posición, con 36 puntos, 7 sobre el descenso en el que ahora mismo están Sporting de Gijón, Levante y Getafe. Existe cierto margen de maniobra, los de atrás no ganan y parece fácil pensar que incluso se pudiera salvar sin lograr ningún punto, pero en Cornellá no se fían, así que el partido de mañana ante el Celta será la última oportunidad para Galca.
El técnico rumano llegó a Barcelona para reemplazar a Sergio, que realizó una buena campaña el último año, pero cuyo inicio decepcionó a la directiva espanyolista. En sus primeros partidos tampoco acabó de conseguir los resultados esperados e incluso llegó a peligrar su puesto tras una dura derrota ante la Real Sociedad que le endosó un 0-5 en Cornellá.
El Espanyol volvería a caer una semana después den Mestalla (2-1) y tras 10 partido oficiales en los que solo había obtenido dos empates, parecía destinado a la destitución si no fuese por la intermediación de la plantilla, que apostó por su continuidad en el banquillo. Salió bien la apuesta, ya que los pericos ganaron los dos siguientes partidos, ante Deportivo y Sporting.
Ahora vive otra vez una situación complicada después de varias derrotas, especialmente la del Levante, y según afirma la prensa catalana se jugará nuevamente el puesto en el partido de mañana frente al Celta. Curiosamente su predecesor fue cesado tras perder en Balaídos, y también le costó el puesto a Neville una derrota del Valencia ante los célticos.
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