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| Foto: Atlántico Diario |
Anda el bueno de Nolito buscando su mejor momento de forma. El delantero andaluz sigue pendiente de recuperarse al cien por cien de su lesión. Primero porque no podía jugar, y ahora porque le falta recuperar el duende, esa palabra tan andaluza que se refiere a un inexplicable estado de gracia. Para entendernos, eso que tenía antes de la lesión y que lo convertía en un jugador casi imparable por el que el Barcelona se planteaba pagar 18 millones, aunque inicialmente solo quería una cesión.
A Nolito le sienta bien el sol, el verano, como quedó patente en sus anteriores temporadas en Vigo, así que solo es cuestión de esperar a que la chispa vuelva a él. Sólo es cuestión de tiempo. Ayer no la tenía, eso está claro. Lo demostró especialmente en la segunda mitad con sus dudas con el balón en los pies, consciente de que su jugada, la que le ha hecho famoso, no está por ahora en su repertorio.
Lo bueno es que sabemos que volverá, como volvió otras veces. Nolito es mucho mejor futbolista de lo que pudo parecer ayer, e incluso de lo que pareció en Getafe, a pesar de marcar un gol. Nolito es superlativo, nada que ver con el diminutivo de su nombre con el que ha hecho carrera. La chispa volverá, y todos lo celebraremos porque Nolito es la chispa de la vida. Lo demás son jarabes reconvertidos a refrescos.
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