No vamos a ser tan ingenuos como para pensar que no pasará nada. Somos conscientes de que, si les dejaran, muchos convertirían el derbi en una batalla campal porque es lo único que quieren, tanto en un bando como en otro, pero al menos, y a diferencia de otros años, los protagonistas están poniendo todo de su parte para que el derbi sea más cordial que nunca. Reñido y disputado, pero cordial.
Las cabezas visibles de ambos equipos, Lucas Pérez y Iago Aspas, seguramente los jugadores que viven con más pasión este encuentro, han vuelto a dar muestras de una gran cordialidad, con declaraciones contenidas y una buena relación entre ambas. El propio Lucas, que en el derbi de la segunda vuelta del pasado curso no tuvo un comportamiento del todo correcto, supo cambiar nada más terminar el partido felicitando al Celta por la victoria. Iago Aspas reconoció ayer que el Deportivo había sido mejor en el partido de la primera vuelta.
Es un pequeño paso hacia la normalidad. No lo verá nuestra generación, y seguramente tampoco la siguiente, pero el cambio mostrado por las estrellas del equipo es evidente. Con anterioridad, las voces más visibles de ambos equipos eran Oubiña y Valerón, que siempre demostraron ser unos caballeros, pero tal vez no tenían la contundencia en el mensaje que pueden tener los actuales líderes de ambos equipos.
Es especialmente significativo que Iago Aspas sea uno de los que está ayudando a que esta cordialidad crezca, porque hasta no hace mucho, y probablemente aún hoy, es uno de los jugadores más odiados del Celta por el deportivismo.
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