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| Foto: Ricardo Grobas |
La portería del Celta es uno de los motivos de orgullo para la actual directiva celeste. Ver a Sergio Álvarez y Rubén Blanco colocándose los guantes cada siete días es la confirmación del buen trabajo de cantera que se ha llevado a cabo en los últimos años. Y aunque no son pocas las voces críticas con esta decisión, el club parece que continuará apostando por ellos en los próximos años salvo sorpresa.
Esta es la tercera temporada consecutiva en la que los dos porteros son productos de la cantera, algo que solo pueden decir Celta y Sevilla en este momento, aunque el cuadro hispalense con ciertos matices. En la capital de Andalucía presumen de ello tras la renovación de David Soria, que será portero sevillista hasta el 30 de junio de 2019, uniéndose a Sergio Rico.
Eso sí, en la plantilla rojiblanca milita también Beto, titular hasta el pasado curso, y que ahora ha pasado a un segundo plano condenado a ser el tercer portero debido a las lesiones sufridas recientemente, y también a su bajo rendimiento cuando le tocó jugar. El Sevilla, como el Celta, cimentó su crecimiento en el trabajo de cantera y la venta de algunas piezas importantes, como Reyes, que le permitió seguir creciendo al acertar con los fichajes.
Algo parecido a lo que está haciendo el Celta ahora, aunque sin tanto poder económico debido a una masa social más reducida. Será difícil replicar en Vigo los aciertos cosechados por el Sevilla, pero el nivel de acierto en las contrataciones es incluso mayor en el caso de los celestes, que además, como también quieren hacer en Sevilla, no están dispuestos a renunciar a sus principios.
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