A menudo los hijos de futboistas suelen ser comparados con sus padres, y pocas veces son capaces de superarlos. En el Celta está el caso reciente de Santi Mina, que, aún con muchas cosas por demostrar en el mundo del fútbol, ya ha conseguido que el Valencia pague 10 millones de euros por sus servicios. Otros casos de jugadores que han superado a sus padres puede ser el de Ander Herrera, hijo de Pedro Herrera, que fue futbolista y secretario técnico del Celta, y que ha alcanzado grandes cotas en el mundo del fútbol.
Otro ejemplo puede ser el de Mikel Merino, hijo de Ángel Merino, que disputó 121 partidos con la camiseta del Celta entre 1994 y 1997, siendo titular indiscutible en todos sus años como jugador del Celta. Su carrera fue extensa y meritoria, jugando en Primera con Osasuna y Celta, pero parece que su hijo podría superar sus registros.
Formado en la cantera de Osasuna, Mikel Merino, nacido en Pamplona, pero cuando su padre militaba en el Celta, comparte posición con su padre ya que también es mediocentro, y ha sido traspasado por Osasuna al Borussia Dortmund, que pagará 5 millones de euros por su contratación, pasando de la Segunda División española a la Bundesliga alemana.
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