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| Foto: AFP |
Aunque desde la prudencia, las declaraciones de los jugadores del Celta en la víspera del choque ante el Sevilla, han ido casi siempre en la misma dirección. Ningún jugador se rinde, algo que ya se evidenció desde el mismo momento en el que terminó el partido de ida. Los jugadores celestes son conscientes de que no se hicieron bien las cosas en Nervión, pero saben que no son tan inferiores al Sevilla, a quien ganaron en el partido del Pizjuán, correspondiente a la primera vuelta de la Liga, y tampoco fueron inferiores el pasado domingo, donde merecieron mucho más que un simple empate.
Así pues, creen que el partido de esta tarde debe servir para demostrar que, respetando a su rival, el Celta puede plantar cara a cualquiera. Beauvue comentaba esta semana que era importante marcar dos goles pronto para empezar a creer en la remontada. En la misma línea se pronunció ayer Iago Aspas en declaraciones al diario Atlántico: “Está difícil, no nos vamos a engañar, pero tenemos que creer en nuestras posibilidades”. Cabral declaraba tras el choque ante el Sevilla algo muy similar.
Todo ello alentado por las declaraciones de su líder, Eduardo Berizzo, que siempre se ha mostrado ambicioso y optimista. Quiere llevar al Celta a una final, como lo hizo en el año 2001 siendo jugador, y ni tan siquiera el horrible resultado cosechado en la ida le quita la ilusión. Toda esa sinergia positiva debe transformarse en algo mágico esta noche. Ojalá que así sea.
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