Televisión española apostó este año por el partido en abierto de la Liga, tras el cual llegaba el programa Estadio 1, que analizaba la jornada. Conducido por Paco Caro y Juan Carlos Rivero, el espacio de la televisión pública vivirá este fin de semana su última emisión, después de que el ente público se haya rendido al no obtener la audiencia suficiente para mantenerlo en su parrilla.
El programa debía de servir para canalizar la inversión de la televisión pública, que se gastó más de 10 millones para tener en exclusiva los resúmenes, aunque recientemente la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, y la Audiencia Nacional, dio la razón a los canales que habían reclamado su derecho a emitir noventa segundos de cada partido.
Esto supuso un pequeño problema para Estadio 1, que tampoco supo sacar partido a los resúmenes, centrando su programa en debates absurdos entre madridistas y barcelonistas, situándose a la altura de otros programas nocturnos que pueblan la parrilla televisiva. Televisión española ha demostrado no saber sacar partido a un formato que podría funcionar. Tener el partido en abierto en exclusiva, acompañado de un programa en el que apenas se habla de él no es la mejor fórmula. Buscar el éxito haciendo lo mismo que los demás es mucho más difícil que innovar y situarse en un nicho de mercado que no existe. El día que alguien se atreva a hacer un programa en el que se hable de fútbol, y no de polémicas entre los dos grandes, tal vez descubra que la fórmula del éxito era más sencilla de lo que parecía.
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