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| Foto: Miguel Riopa |
Iago Aspas cumplirá este año ocho años desde su debut en el primer equipo. En aquel momento no gozó de continuidad hasta su eclosión frente al Alavés en un partido inolvidable para el celtismo. Desde entonces ha jugado en el Celta con la excepción de los dos años que pasó en Liverpool y Sevilla, y regresó el pasado verano para retirarse en el Celta. Ese es al menos su deseo, y seguramente el de gran parte de la afición celeste.
En el test al que le sometió el diario Atlántico le preguntaron por su recorrido en el mundo del fútbol, y lo que creía que le quedaba. Iago Aspas contestó: “Siete u ocho años”, lo que le llevaría a retirarse aproximadamente en el año del centenario del Celta, lo que sería un colofón extraordinario para un futbolista que ya es una leyenda del celtismo y que aumentará su grandeza en los próximos años.
A sus 28 años, aún no está para pensar en el final de su carrera, pero es evidente que ya queda menos camino del que lleva recorrido como profesional. Por delante aún quedan muchas tardes de gloria en Balaídos, muchos recuerdos aún no escritos que formarán parte de la memoria colectiva del celtismo dentro de veinte o treinta años. Ya ha disputado 171 partidos con la camiseta céltica, en los que ha anotado 60 goles, y tiene contrato hasta el 30 de junio de 2020. Soñar son otro siete u ocho años de Iago Aspas es un buen deseo para estas navidades.
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