Foto: Adrián Irago
Bien es cierto que en aquel instante, la afición estaba muy sensible con lo que sucedía en el césped, ya que el surrealismo se estaba apoderando del encuentro, pero las sensaciones transmitidas por su regreso a Balaídos distan mucho de las deseadas cuando estamos hablando de un futbolista que se ha criado en la familia celeste. Mina peleó como siempre, pero no tuvo mucha incidencia en el partido. De hecho, al poco de entrar desde la grada le cantaron aquello de "¡Santi Mina, pesetero!" por las circunstancias de su marcha.
En Vigo todavía duele el comportamiento del jugador en su marcha. Su gran final de temporada y la juventud que atesora suponían un excelente incentivo para ficharle. Teniendo en cuenta que su representante es Jorge Mendes, la posibilidad de hacer negocio con él era evidente. Aquella repentina foto con una sonrisa de oreja a oreja posando con la camiseta del Valencia incendió las redes sociales. Su posterior comunicado carecía del sentimiento que se le presuponía. Fue el maltrato de quien considera haberse sentido maltratado. Con lo fácil que era hacer bien las cosas para recibir el cariño de los tuyos...
Twitter: @marcosblancoh
0 comments:
Publicar un comentario