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| Foto: Fernández Alen |
Es curioso lo que está viviendo el celtismo. Gustavo Cabral, denostado no hace mucho tiempo por un importante sector de la afición, es visto ahora como agua de mayo para la zaga céltica en el regreso tras su sanción de tres partidos que dejó a la zaga céltica desnuda durante su ausencia. Ante Real Sociedad, Valencia y Deportivo, el Celta encajó 9 goles, más el que le marcó el Real Madrid tras su expulsión. Una decena de goles en los que la defensa no estuvo precisamente inspirada.
El argentino se ha convertido en un futbolista muy importante dentro y fuera del terreno de juego. Dentro se ha hecho con la titularidad, que ya nadie le discute, y fuera en un referente en el vestuario. Elegido uno de los cuatro capitanes, es un jugador que también destaca por su ascendente sobre los más jóvenes y los chicos de la cantera. Además, pasa por ser el jugador del Celta más veterano, el único que supera la treintena. Los cumplió el 14 de octubre.
Así pues su regreso se antoja más necesario que nunca, máxime cuando cabe la posibilidad de que Andreu Fontàs no se recupere a tiempo de la tendinitis que le obligó a dejar el campo el pasado sábado ante el Deportivo. El futbolista catalán arrastra unas molestias que le han impedido estar al cien por cien durante la ausencia de Cabral, y el equipo lo ha pagado. Cabral y Sergi Gómez, que fueron una pareja estable y sólida durante la ausencia de Fontàs, se perfilan como titulares ante un Sporting que llegará enrabietado tras encajar tres goles en casa frente al Levante. Cabral tendrá que contenerlos.
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